viernes, 30 de mayo de 2014

Diabetes relacionada con Fibrosis Quística (II): tratamiento dietético

Los objetivos principales son:
  • Mantener un adecuado estado nutricional.
  • Normalizar los niveles de glucemia utilizando la mayor cantidad de insulina, para maximizar la producción de energía.
  • Aportar una buena adaptación al estilo de vida de la persona. Hacer el plan de             alimentación flexible, fácil, agradable y personalizado.
  • Capacitar a la persona con DRFQ para ser autosuficiente en su alimentación y ser capaz de adaptar el plan a circunstancias especiales: fiestas, celebraciones, etc.
  • Prevenir las hipoglucemias.


Características de la dieta:

El manejo de la alimentación en DRFQ no es muy diferente al plan dietético en FQ sin diabetes. Son fundamentales los pilares del planteamiento de fibrosis quística que indican que la dieta ha de ser:
  • Hipercalórica: alrededor de 20-50% por encima de las kcal en las mismas condiciones sin FQ.
  • Hipergrasa: alrededor de 40% de todas las kilocalorías aportadas en la dieta deberán provenir de las grasas.
  • Normoproteica: entre 10-15% del valor calórico total aportado por proteínas.
  • Normocarbonada: alrededor del 50% de todas las kilocalorías.
  • Azúcares de rápida absorción: sin restricción dependiendo de factores individuales.
  • Fibra dietética: su aporte depende fundamentalmente del estado nutricional.
  • Rica en sal


Recomendaciones dietéticas:

Respecto al contenido de hidratos de carbono, en personas sin diabetes suele ser un buen recurso, junto con las grasas, para obtener un extra de energía. En personas con diabetes relacionada con fibrosis quística, el recurso de los aportes "extra" de azúcar también es aceptable, siempre y cuando controlemos su cantidad y aportemos la cantidad de insulina necesaria para su aprovechamiento.

1- No es adecuado reducir notablemente la cantidad de hidratos de carbono de la dieta, aunque siempre será mejor promover el consumo de los complejos presentes en forma de almidón en cereales, legumbres y hortalizas preferentemente. Además, es preferible repartir el consumo a lo largo de las diferentes tomas para su mejor aprovechamiento.

2- Tener en cuenta el índice glucémico de los alimentos. Es la rapidez con la que los azúcares atraviesan la mucosa intestinal y pasan a la sangre, elevando la glucemia. El nutriente que se considera más rápido y, por tanto, tiene el 100, es la glucosa. El resto de componentes se comparan con ella. Cuanto mayor nivel de glucemia provoque el alimento, mayor será su índice glucémico, por tanto la subida de azúcar en sangre, y su impacto en la integridad de los capilares. Asimismo, en muchas ocasiones, tras un pico hacia arriba de glucemia, viene un descenso de la misma. Y esto no es recomendable. Por este motivo, interesa reducir el índice glucémico de la dieta en general, utilizando alimentos con bajo índice y rebajando la carga glucémica de la dieta para mantener mayor estabilidad en la glucosa sanguínea. ¿Cómo se hace? Hay varios recursos. Os damos algunas pautas, pero hablaremos más detenidamente del índice glucémico en otro post más adelante.


  •        Favoreciendo el consumo de hidratos de carbono, denominados complejos (cereales, patata, leguminosas, etc.) frente a otros que tengan sus moléculas más pequeñas y no necesiten tanta digestión (azúcares, dulces, lácteos, frutas, etc.)
  •            Mezclando en la misma comida alimentos con composiciones nutricionales diversas ya que la grasa y la proteína tienden a enlentecer el vaciado gástrico y así se retrasa el paso de los nutrientes a sangre.
  •      Añadiendo cierta cantidad de fibra a la alimentación, por medio de vegetales, leguminosas o integrales. Por ejemplo: el arroz blanco posee un índice glucémico bastante elevado por lo que resulta beneficioso mezclarlo con verduras o usar arroz integral. Si, además, lo tomamos acompañado de algún ingrediente graso (aceite, queso, etc.) y/o proteico (gambas, atún, pollo, etc.) su capacidad de elevar la glucemia se reduce notablemente.
  •          Dejando las pastas, arroces, vegetales, etc. cocinados al dente. De esta manera no se produce tanta ruptura de moléculas en la cocción y la digestión posterior es más lenta.

3- La presencia de fibra en la dieta dependerá especialmente de si existe o no un correcto estado nutricional. Si es así, el consumo normalizado de fibra estará justificado. Además, ayuda a reducir el índice glucémico de los alimentos. Si hay riesgo nutricional, la fibra no favorece la absorción de nutrientes y aumenta la sensación precoz de saciedad, por lo que su uso debería ser moderado.


Como medida preventiva ante una situación de hipoglucemia, la persona con DRFQ debería llevar siempre algún alimento azucarado: zumo comercial, azucarillo, chocolate, gel de glucosa, etc. que le ayude a restablecer los niveles de glucemia de forma rápida.


Hidratos de carbono:
A modo de resumen, y para facilitar la identificación rápida de los alimentos por grupos de alimentos, te proponemos este apartado.

Hidratos de carbono complejos o de lenta absorción, están principalmente en:

   - Cereales: tanto refinados como integrales. Arroz, pan, pasta, maíz, cereales de desayuno, harinas, etc.




  - Legumbres: judías, garbanzos, lentejas, guisantes, habas, etc.

       - Verduras y hortalizas: patata, zanahoria, judía verde, etc.


Hidratos de carbono sencillos, de rápida absorción o azúcares, están principalmente en:

            - Frutas: plátano, uvas, manzana, cerezas, etc.
            - Leche y yogur

            - Azúcar blanca o morena

            - Alimentos dulces: chocolate, mermelada, miel, golosinas, caramelos, bebidas azucaradas, postres lácteos dulces, repostería, pastelería, etc.

Dosis de insulina por ración de hidratos de carbono:

La pauta de insulina ha de ajustarse a las circunstancias, principalmente a la dieta, de la persona y no al revés.
El control de la glucemia por medio de la insulina ha de tener en cuenta la cantidad de hidratos de carbono de fibra consumida, ya que esta última reduce la absorción de los primeros.

Existen dos sistemas principalmente para contabilizar los hidratos de carbono:
-  por gramaje
- por unidades de hidratos de carbono (cantidad de alimento que contiene una determinada cantidad fija de hidratos de carbono).

Sin embargo, la sensibilidad individual, la cantidad e intensidad de ejercicio físico, la composición total de la dieta, etc. son factores que influyen en la necesidad de energía e insulina. Por este motivo, uno de los sistemas más utilizados en la administración de la insulina externa es la comprobación de glucemia antes y después de la ingesta de hidratos. A través de la experiencia, cada persona junto con el profesional sanitario va determinando cuánta insulina necesita para metabolizar una cantidad de hidratos de carbono. Es lo que se conoce como dosis de insulina por ración de hidratos de carbono. Una vez que se conoce esta dosis, la adaptación a variaciones en la dieta, es mucho más ágil y sencilla, dando más libertad y autonomía a la persona con DRFQ.

La educación nutricional y diabetológica a partir de un grupo multidisciplinar de profesionales que apoyen e instruyan a la persona con DRFQ es una garantía de éxito en el tratamiento.

Bibliografía:

- Brunzel C, Hardin D, Moran A, Schindler T, Schissel K. Managing Cystic Fibrosis-Related Diabetes “(CFRD)”. 5th Edition. An Instruction Guide for Patients and Families. 2011 Cystic Fibrosis Foundation
- Moran A, Brunzell C, Cohen RC, et al. The CFRD Guidelines Committee. Clinical Care Cuidelines for cystic fibrosis-related diabetes. Diabetes Care. 2010;33:2697-2708
- Ramsey B, Farell P, Penchaz P and the Consensus Committee. Nutritional assessment and management in cystic fibrosis: a consensus report. Am J Clin Nutr. 1992;55:108-16
- Salcedo A, Gartner S, Girón RM, García MD. Tratado de fibrosis quística.  Ed. Justin 2012
- Sinaasappel M, Stern M, Littlewood J, et al. Nutrition in patient with cystic fibrosis: a European Consensus. J Cystic Fibrosis. 2002;1:51-75 

lunes, 12 de mayo de 2014

Diabetes relacionada con Fibrosis Quística: aspectos generales


Introducción:
La diabetes relacionada con fibrosis quística (DRFQ) es una alteración del metabolismo de los hidratos de carbono que se presenta con cierta frecuencia en personas con fibrosis quística. La probabilidad de padecer DRFQ es mayor cuanto más avanza la edad. Por ejemplo, el 20% de los adolescentes la padecen. Sin embargo, alrededor de la mitad de la población adulta con FQ tiene este tipo de diabetes.

El diagnóstico de diabetes se realiza a través de una prueba denominada sobrecarga oral de glucosa, en la que se bebe una solución rica en glucosa y se comprueba, cómo el nivel de glucosa desciende en sangre porque pasa a las células. A partir de los 10 años de edad, es conveniente realizar esta prueba de forma anual, con el fin de detectar la presencia de DRFQ lo antes posible, tratarla y que no genere efectos adversos.

La diabetes relacionada con FQ es diferente a otros tipos de Diabetes Mellitus, como la tipo 1 o infanto-juvenil, tratada con insulina, o la tipo 2 que comienza el tratamiento con dieta de control únicamente o acompañada de  antidiabéticos orales.


Después de comer, los nutrientes que conforman los alimentos pasan por el estómago e intestino, donde se realiza la digestión y absorción de los mismos. Esto significa que, para atravesar las paredes intestinales, estos macronutrientes han de romperse hasta moléculas de menor tamaño. En el caso de los hidratos de carbono, las moléculas pequeñas que pueden pasar por la mucosa digestiva son los azúcares que terminan transformándose en glucosa, el material que las células utilizan como combustible en condiciones normales para obtener energía. Pero la glucosa no puede entrar sola en las células. Necesita la presencia en sangre de una cantidad suficiente de insulina, hormona sintetizada en el páncreas que le abre la puerta hacia la célula. Sin insulina, la glucosa se queda en la sangre circulando pero sin poder acceder a las células ni obtener energía.



Sintomatología de la diabetes relacionada con FQ
Si pensamos en la hiperglucemia, los síntomas de diabetes pueden resultar lógicos.           
  • Polifagia o ingesta de abundante cantidad de alimentos, porque el   organismo nota que le falta energía que trata de suplir con más nutrientes.
  • Poliuria o aumento en el volumen de la orina excretada ya que el exceso de glucosa en sangre es expulsado diluido a través de la orina y se necesita bastante cantidad para diluir todo el producto sobrante.
  • Polidipsia o ingesta de muchos líquidos ante la sensación de sed ocasionada por la poliuria.
  • Pérdida de peso debida la eliminación de glucosa sin utilizar.
  • Cansancio generalizado ya que no se produce la suficiente energía en el organismo para mantener las actividades cotidianas.
  • Rápido empeoramiento de la función pulmonar debido a un deficitario estado nutricional.


Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico fundamental en DRFQ es la administración de insulina. Debido a la mucosidad presente en los conductos pancreáticos, esta hormona no puede salir a la sangre y ejercer su función. Poco a poco, las células del páncreas, encargadas de sintetizar insulina son destruidas. Este es el principal motivo que hace girar la balanza hacia al lado de la administración externa de insulina. Los antidiabéticos orales son fármacos que actúan fomentando la producción de insulina en un páncreas que no sintetiza suficiente cantidad, pero, en estos casos, el problema persiste.