miércoles, 21 de agosto de 2013

Piruletas de queso fundido

Hoy os traemos una receta ideal para niños (y no tan niños). Es perfecta porque concentra mucha energía en un pequeño bocado, que además de resultar muy atractivo por su presentación, está delicioso.

Os animamos a que lo probéis y nos contéis si habéis tenido éxito.

Necesitamos:
- quesitos Babybel®
- 1 huevo
- pan rallado
- almendra en polvo
- especias como orégano (opcional)
- palitos de madera para brochetas
- abundante aceite para freír

Preparación:
1. Desenvolvemos los quesitos y los pinchamos en los palitos para brocheta.
2. Batimos el huevo y pasamos los quesitos por él.
3. Mezclamos mitad de pan rallado con mitad de almendra en polvo y agregamos alguna especia como el orégano para darle más sabor (opcional).
4. Pasamos los quesitos por la mezcla, tal y como haríamos para empanar un filete.
5. Repetimos la operación para hacer un doble rebozado: pasamos otra vez por huevo y otra vez por el pan rallado con almendra.
6. En un cazo, ponemos a calentar el aceite y cuando esté muy caliente sumergimos las piruletas sujetándolos por el palo. No necesita mucho tiempo para que el rebozado se dore y el queso se funda.

ATENCIÓN: a veces, si el queso se funde demasiado, el rebozado se separa del queso. En ese caso, con una cuchara de madera, empujamos otra vez el quesito hacia dentro del rebozado y listo.


viernes, 9 de agosto de 2013

Consejos para los niños que comen mal

Tanto las personas con fibrosis quística, como los papás de niños con fibrosis quística sabéis muy bien que mantener una buena alimentación es uno de los pilares básicos del tratamiento. Probablemente vuestro médico y dietista os habrán repetido hasta la saciedad que debéis comer más que los demás, en concreto entre un 30 y un 50% más que una persona sin la enfermedad.
 
Si eres un adulto, quizás te hayas acostumbrado a esta rutina y puede que hasta seas la envidia de los demás por los contundentes platos de comida que puedes tomar, y que otras personas deben evitar.
 
Sin embrago, a los niños en ocasiones les ocurre lo contrario, la comida les interesa muy poco y comer un 50% más que el resto se convierte en un sufrimiento.
 
¿Qué podemos hacer para lograr nuestro objetivo?
 
1. La regla de oro es hacer comidas que ocupen poco en el plato, pero que sean muy ricas energéticamente. No es lo mismo comer 500 calorías de lechuga que 500 calorías de beicon. Necesitaríamos ingerir unos 2 kg y medio de lechuga para alcanzar ésas 500 calorías, mientras que sólo necesitamos 73 gramos de beicon para cubrir esa cantidad.

2. Comer de todo. ¡Buenas noticias! ¡En la fibrosis quística no hay ningún alimento prohibido! Aunque se den prioridad a aquellos alimentos más calóricos, eso no significa que el resto de alimentos no deban comerse, al contrario, una alimentación variada es la clave de una alimentación sana.

3. Divide y vencerás. Piensa en todo lo que comes a lo largo del día. Ahora imagina que tuvieras que ingerirlo de una sola vez, en una comida. Sería bastante difícil. Por eso recomendamos fraccionar las comidas, es decir, hacer entre 5 ó 6 colaciones al día, de cantidades más pequeñas. Al cabo del día el niño habrá comido lo mismo que si hubiera hecho 3 grandes comilonas, pero se le habrá hecho más llevadero.

4. Enriquece. Hay algunos platos que pueden enriquecerse energéticamente de una manera muy sencilla si conoces algunos trucos. Aquí tienes algunos ejemplos (aunque ampliaremos ésta información en futuras entradas):

 
5. No forzar. Para la mayoría de los niños, incorporar nuevos alimentos a sus gustos es todo un proceso. Tienen que habituarse poco a poco a su presencia, a su sabor y a su textura. Por ello es muy importante no forzar ni obligar nunca a un niño a comer, ya que podemos obtener el efecto contrario, que el niño asocie los nuevos alimentos con el sufrimiento y la hora de la comida se convierta en un momento angustioso. Cuando queramos introducir un nuevo alimento, el primer día podemos ponerlo en su plato y sugerirle que lo pruebe. Si no lo hace, no insistimos más en ese momento y volvemos a intentarlo al día siguiente o los dos días pero nunca gritaremos al niño o le forzaremos a que lo coma.
 
6. Comer en familia. Los niños imitan las conductas de los adultos, si ellos observan a sus padres comer y disfrutar de la comida, ellos harán lo mismo. Además debemos intentar crear un buen ambiente durante la comida, hablar de cosas agradables que hemos hecho durante el día y no centrar toda la atención sobre el acto de comer.
 
7. Hacer elogios. Elogia a tus hijos cuando coman bien o cuando hagan esfuerzos por comer e ignora las conductas negativas como quejarse, jugar con la comida…
 
8. ¿Y cuando no les gusta nada un plato concreto? Se puede intentar mejorar la presentación del plato haciendo formas divertidas o decorando con un poco de salsa u otros alimentos. También podemos introducir en el plato otros alimentos que gusten al niño, por ejemplo, preparar unas lentejas con chorizo en trocitos, de manera que el niño en cada cucharada (o cada dos) puede llevarse a la boca el trocito de chorizo que le gusta.
 
 
Para los padres que estén interesados en el tema y quieran ampliarlo, recomendamos que vean el DVD de Nutrición para personas con Fibrosis Quística que pueden pedir a la Federación de Fibrosis Quística Española.

viernes, 2 de agosto de 2013

Agua y sal: dos aliados para tu salud - II Parte

En el post anterior ya hemos comentado que las personas con FQ tienen mayores pérdidas de sal (cloro y sodio) a través del sudor. La suplementación de la dieta con sal es muy importante en FQ.

RECOMENDACIONES
Aunque los consensos internacionales recomiendan que “se debe administrar 1/8 ó ¼ de cucharadita de sal según la edad del niño…” en la práctica diaria esto es poco práctico y es difícil medir con precisión la cantidad adecuada de sal. Es más cómodo y preciso utilizar soluciones de cloruro sódico, disponibles a través de farmacia, con concentraciones precisas de sodio y cloro. Por ejemplo, el OralSuero sabor frutas de Casenfleet® contiene 68,7mg de sodio en 100ml. Estas soluciones se dan a demanda entre tomas.
Si no disponemos de estas soluciones otra alternativa es utilizar sobres de sal con la cantidad de sodio recomendada según la edad (estas dosis que aparecen en la tabla son orientativas ya que las necesidades diarias deben ser individualizadas). Estos sobres deben prepararse en la farmacia.

Recomendaciones diarias de las dosis de sodio según edad:
Grupos de edad
Dosis diaria recomendada de sodio  
(en mg)
Niños < 1 año
120-200
Niños de 1 a 2 años
225-500
Niños > de 2 años
4000
Adolescentes y adultos
6000

La mejor forma de aumentar la cantidad diaria de sodio en la alimentación es mediante la adición de sal a los alimentos y elegir los alimentos que son naturalmente ricos en sal, como algunos de los que citamos en la tabla, intentando comer a diario la mayor cantidad posible de estos alimentos.


ALIMENTOS RICOS EN SAL



Quesos curados
Aceitunas y encurtidos
Galletas saladas
Mantequilla con sal
Patatas fritas
Frutos secos salados
Beicon, tocino
Embutidos: jamón, salami, salchichas, sobrasada, chorizo…
Pizza precocinadas
Salsas tipo de tomate, de soja, ketchup
Salmón ahumado
Anchoas de lata

CONSEJOS
  • Si el niño toma biberones no añadir la dosis total diaria de sal en un solo biberón porque hay muchas posibilidades de que se rechace la leche. Se puede añadir una cantidad muy pequeña en cada biberón durante todo el día.
  • Si el niño toma lactancia materna ofrecer soluciones de cloruro sódico entre tomas, en un biberón o en una jeringa de 10-20 ml  según tolerancia.
  • Dispensar y dosificar la cantidad de sal en un recipiente para luego repartirla en cada comida.
  • Siempre viajar con sal y una botella de agua.
  • Elegir las variedades 'saladas' de los alimentos, por ejemplo frutos secos fritos salados, galletas, etc.

Esta información no está destinada a sustituir el consejo de su equipo de atención médica de FQ.