Gracias al aumento de la esperanza y la calidad de vida de las personas con
FQ, cada vez más mujeres en edad fértil con esta enfermedad se plantean la
opción de ser madres.
Aunque quedar embarazada y llevar el embarazo a buen término es posible
para mujeres con FQ, hay que tener en cuenta que la gestación en estas mujeres
es considerada como embarazo de alto riesgo. Sin embargo, no es nuestro
objetivo aquí juzgar los pros y contras de un embarazo sino, informar de cuál
es la mejor manera de hacer frente a la gestación tanto por el bien de la
madre, como por el del bebé.
El embarazo es, para cualquier mujer, un estado que requiere un extra de
energía y nutrientes. Por ello, es necesario encontrarse en un estado
nutricional óptimo desde antes de la concepción. En
el caso de mujeres con FQ es de suma importancia planificar correctamente el embarazo con tiempo, hablarlo con su médico y su dietista
para que ellos den las pautas con el fin de alcanzar ese estado nutricional
idóneo.
Antes del embarazo
De manera general, se recomienden las siguientes pautas:
- Aumentar las calorías de la
dieta. Si
esto no es posible aumentando la densidad calórica de la comida, puede ser
necesaria la toma de suplementos orales.
- Ajustar la cantidad de enzimas
pancreáticos que
toma para adecuarla a la nueva alimentación
- Ajustar la suplementación
vitamínica. Para
prevenir los defectos del tubo neural (espina bífida) se recomienda
suplementar con 400 mcg de ácido fólico al día antes de concebir y durante
el primer trimestre del embarazo. Si se están tomando suplementos de
vitaminas liposolubles, es decir la A, D, E y K es posible que sea
necesario ajustar las cantidades ahora. Muchas mujeres saben que no es
recomendable suplementar con vitamina A durante el embarazo, pero esta
recomendación sólo es válida para la población general. La embarazada con
FQ debe seguir tomando su suplementación de vitamina A aunque quizá deban
bajarle un poco la cantidad.
- En el caso de una diabetes,
tanto asociada a FQ como gestacional, la dieta de alta densidad calórica
sigue siendo la recomendada. Si se consumen alimentos ricos en azúcares
simples, como los dulces, la fruta o la leche, es recomendable ingerirlos
dentro de las comidas junto con otros hidratos de carbono de absorción más
lenta (como el pan, la pasta o el arroz integral o la patata).
Durante la gestación
Una vez que la mujer haya quedado embarazada, es importante mantener el
control de la dieta. Para mujeres con FQ se recomienda incrementar al menos 11
kg durante toda la gestación, por lo que se deben aumentar los aportes
energéticos y proteicos de la mujer. También es posible necesitar
suplementar en hierro, calcio o vitamina D.
Es igualmente recomendable asegurar un aporte suficiente de ácidos grasos
esenciales para el correcto desarrollo del feto y de su sistema nervioso
central, para ello, además de aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos
grasos esenciales, también puede ser necesario la toma de suplementos.
Después del embarazo
Las madres con FQ pueden dar el pecho a sus bebés. Sin embargo, la
lactancia materna supone un gasto energético todavía mayor para la
madre y mayores requerimientos de proteínas y calcio.
Todo ello sumado a los cuidados que requiere un recién nacido, contribuye a
generar un cansancio extra difícil de gestionar. Por ello, debemos respetar la
decisión de la madre de no amamantar a su hijo y no presionarla si decide
alimentarle con fórmula.
Desarrollaremos la información sobre la lactancia en FQ en un post en el futuro
para explicar en detalle sus particularidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario