miércoles, 10 de junio de 2015

ACTIVIDAD FÍSICA


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PLAN DE ACTIVIDAD FÍSICA

Los últimos estudios sugieren que la práctica de actividad física iniciada cuando antes, tanto en etapa pediátrica como en adultos en situación estable, mejora los resultados con respecto a la  supervivencia y calidad de vida.
Hemos de desarrollar hábitos saludables, no solo con la alimentación sino con la práctica de actividad física,  por todos los beneficios que nos aporta.
La práctica de actividad física organizada es imprescindible para mantener y mejorar la capacidad funcional cardiorrespiratoria, favorecer su crecimiento y desarrollo, propiciar las relaciones sociales y retrasar la progresión de la FQ o sus complicaciones. Además, también mejora el  rendimiento cognitivo, académico y el bienestar psicológico.
El deporte mejora la salud ósea, fuerza muscular, equilibrio y flexibilidad, entre muchos otros beneficios que mejoran la calidad de vida. 

Beneficios de la práctica de la actividad física
1. Mejoría de la función pulmonar o retardo de su deterioro, la disnea, la eficacia respiratoria, el aclaramiento de la mucosidad , el aumento de la resistencia de los músculos ventilatorios.

2. Mantenimiento o incremento de la masa libre de grasa.

3.Conservación o aumento de la densidad mineral ósea y retraso en la aparición de osteoporosis.

4. Mayor tolerancia al ejercicio.


5. Disminución de la ansiedad y de la depresión.

6. Incremento de la sensación de bienestar.


7. Mayor rendimiento académico y/o profesional.


8. Mejoría de ciertos indicadores fisiológicos como la frecuencia cardíaca, la tolerancia a la glucosa, los niveles de lactato sanguíneo y la expresión de los antígenos de superficie en los neutrófilos.

EL PROGRAMA DE ACTIVIDAD FÍSICA

El fisioterapeuta es quien diseñará el programa de actividad física. Previo al inicio de cualquier tipo de actividad física, ha de tener ciertas consideraciones, y resulta estrictamente necesario realizar una prueba de esfuerzo para valorar la función pulmonar de la persona. En lo que se refiere a la intensidad de dicha prueba dependerá de la gravedad de la sintomatología de la enfermedad.

 

El profesional utiliza habitualmente, tanto para la prescripción como para el control de la actividad física, diferentes escalas para valorar la fatiga, disnea, frecuencia cardíaca, saturación de oxihemoglobina, etc. Los programas de ejercicio físico parecen ser la combinación de ejercicio aeróbico y trabajo muscular.

 

A la hora de planificar un programa de actividad física, esta ha de ser progresiva y continuada, prestando especial interés a las preferencias de la persona con el fin de favorecer una mejor adherencia al tratamiento.

Además se ha de tener en cuenta el ambiente socioeconómico, la ocupación, la edad y el grado de severidad de la enfermedad.

 

Especial atención merece la programación de la terapia física en el niño, que no solo debe ser adecuada al aspecto fisiopatológico, sino que además, debe ser ajustada a cada etapa de crecimiento y desarrollo físico-emocional del niño/a.
 
Asimismo, en la infancia no se pueden indicar las mismas actividades practicadas por los adultos, donde la metodología es más cerrada y analítica. Por ello, se requiriere un desarrollo más global de las actividades, donde los objetivos se enfoquen a través de juegos y en los cuales prime la base lúdica, favoreciendo con ello la motivación y la deseada adherencia al tratamiento.

 
 

 

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